Vendo el inventario de recuerdos de la historia más bonita que en la vida escuché.
Vendo el guión de la película más triste y la más bella que en la vida pude ver.
Vendo los acordes, la brillante melodía y la letra que en la vida compondré.
Vendo hasta el cartel donde se anuncia el estreno del momento que en la vida viviré.
Entiendo que te fueras,
y ahora pago mi condena,
pero no me pidas que quiera vivir
sin tu luna, sin tu sol,
sin tu dulce locura,
me vuelvo pequeña y menuda,
la noche que sueña y se burla,
te intento abrazar y te esfumas.
Vendo una cámara gastada que captaba la mirada que en la vida grabaré.
Vendo dos entradas caducadas que eran de segunda fila que en la vida romperé.
Vendo dos butacas reservadas hace siglos y ahora que hago que en la vida me senté
Vendo hasta el cartel donde se anuncia el estreno del momento que en la vida viviré.
Entiendo que te fueras,
y ahora pago mi condena,
pero no me pidas que quiera vivir
sin tu luna, sin tu sol,
sin tu dulce locura,
me vuelvo pequeña y menuda,
la noche que sueña y se burla,
te intento abrazar sin tu luna, sin tu sol,
sin tu dulce locura,
llorando como un día de lluvia
mi alma desvela y te busca
en un viaje que no vuelve nunca.
Subiré cada noche a buscar a tu luna
en mi tejado el recuerdo de un abrazo que me hace tiritar.
Sin tu luna, sin tu sol,
sin tu dulce locura,
me vuelvo pequeña y menuda,
la noche que sueña y se burla,
te intento abrazar sin tu luna, sin tu sol,
sin tu dulce locura,
llorando como un día de lluvia
mi alma desvela y te busca
en un viaje del que nunca volverá.