Hola? sepa usted que tengo yo ganas de escribir pero bien no sé qué. Tal vez si, pero en el fondo no.
Sepa usted que mientras escucho involuntariamente un reguetón que está puesto a todo marrano en las afueras de mi hogar, estoy yo adentro tomando agua helada mientras congélome y veo cómo afuera brilla un sol. Si ya me da la sensación de que en plena primavera estamos. No sé si alguien habrá dadose cuenta tal como hice yo, pero en las horas de la tarde trasncurridas en los ayeres, a las seis de la tarde estaba relativamene claro [para ser invierno], siendo que por estas fechas, a esa hora, oscuro ya está.
Pregúntome si normal será, o tal vez sea del calentamiento global una causa. Es que loco se ha vuelto el mundo [wena hachimingo!], tanto el real como el virtual. Mire que encontrarse virtualmente con la cachada de pipols que uno jamás pensó en el mundo real volver a encontrar. Gente de la que hace años no sabía o simplemente no reordaba, ahora al tanto están a través de algo tan simple como una pantalla... precisamente una "portada".
Y si colapsa internet? El ser humano por naturaleza es flojo, si el contacto virtual perdiésese, nadie nada haría por recuperar un real contacto. Habría a la cartas que volver? a las telefónicas llamadas? o Será que toda la tecnología tendrá su punto cúlmine para después colapsar y desaparecer y tendremos que volver tan atrás, tanto como para volver a hacer uso de las señales de humo? Qué complicado debe ser.
Piense usted esta situación: Está en una emergencia a nivel planetario y necesita con urgencia comunicarse con alguna persona, qué hace? Claro, puede mandarle las señales de humo, pero cómo las hace? cómo sabe dónde estará la otra persona para poder hacer que sus señales se vean allá? cómo saber si el receptor está lo suficientemente atento para darse cuenta de que algún lonji por ahí le está mandando señales? Y lo peor, cómo interpretaría usted una señal de humo? Es que uno una simple nubecita ve y por su forma montones de cosas se imagina, pero cómo saber cuál es la verdadera intención a comunicar de esa indefensa nubecita tan propensa a desaparecer en cualquier minuto, porque uno nunca sabe cuándo el viento soplará más fuerte o más despacio. Y si es un día de lluvia, cómo se las ingeniaría usted para hacer un fuego que le de humo?
De volver a enviar cartas ordinarias hablé más arriba, pero póngase usted en el caso que conocía a una persona sólo virtualemente y tenía una gran amistad, qué pasa si nunca intercambiaron direcciones o teléfonos o lo que sea? Si, todo el mundo lo hace, pero imagínese usted que no. No habría una nueva opurtunidad para mantener las relaciones a distancia y no le quedaría otra que comunicarse y mantener las relaciones interpersonales con su gente más cercana, la que conoce en carne y hueso y sabe su teléfono y sabe llegar a su casa y sabe cómo, dónde y cuándo encontrarla en caso de que tenga que mandarle algún tipo de señal.
[Já!lamansaniquereflexiónapartirdenada. Apropósitoescritoasíestá. Señalesnohay.]