El año pasado me desprendí de un uniforme y mañana vuelvo a ponerme otro. La diferencia es que al que usé hasta el año pasado logré tomarle algo de cariño, igual me gustaba. En cambio el de ahora es tan ñoño! la polerita adentro, pantalón a la cintura y gorrito.
Tenía pensado usar bolso en el preu, pero para esto volveré a usar mochila. Hoy tuve que sacudirle la tierra. Hace mucho no la usaba. También tuve que limpiar mis zapatos del colegio, no porque vaya a volver a él, sino porque necesito zapatos negros. En resumen, hoy me siento como que mañana fuera mi primer día de clases en un colegio nuevo. La diferencia está en que no voy a un colegio, si no a un trabajo en el que me da cosa ser la nueva y no saber hacer lo que me pidan. Sé que voy para aprender, pero el miedo se siente igual.
Mañana veremos qué es lo que pasa.